Invierno
Querido invierno,
¡Qué frío haces! Pero que buen gusto tienes escarchándolo todo. Me llenas de nostalgia con tus días grises y tus noches ansiosas que llegan antes de tiempo por si se pierden algo. Me llenas de paz cada vez que pones tu playlist favorita “Sinfonías de lluvia”, a todo volumen; y ojalá pusieras más a menudo “Sonatas de nieve”, antes la escuchabas más, será que la pusiste en bucle y ahora te has cansado.
Querido invierno, tienes mala fama pero, por favor, no te lo creas porque a mi me encantas.
¡Bienvenido!
Enebral.
Con esta pequeña carta quiero dar la bienvenida al invierno de este año tan peculiar.

El lunes es el solsticio de invierno, es el día más corto del año, la noche más larga. Y durante milenios ha sido celebrado por casi todas las culturas alrededor del mundo, porque a partir de este día las noches comienzan a ser más cortas. Metafóricamente es el triunfo de la luz sobre la oscuridad, sobre todo en las culturas que están muy situadas al Norte donde los inviernos son muy oscuros y complicados. Por ejemplo, los pueblos nórdicos celebraban Yule, y durante doce días hacían banquetes, fiestas y hogueras y quemaban un tronco para luego esparcir las cenizas por los campos de cosecha y así atraer la abundancia.
Es un evento que en general tiene un significado importante en torno al sistema de creencias sociales.
Y el solsticio nos trae el invierno, ¿sabéis que curiosamente la Tierra está más cerca del sol en esta estación? Alrededor del día 3 de enero es cuando más próxima está.
El invierno siempre llega con promesas de recogimiento e invitaciones de introspección para recargar pilas y salir en primavera renovadas, como si hibernáramos.
Me gusta vivir siguiendo los ritmos de la naturaleza pero yo cuando leo estas cosas tiendo a la exageración y empiezo a pensar: ¡Cómo si fuera tan fácil! ¿Pero cómo voy a parar o a detener mi vida? ¿Pero cómo voy a conseguir ese silencio? ¿Tendría que retirarme un tiempo? Y en cuanto lo pienso en serio me da la risa.
Vamos a ponérnoslo sencillo, no es necesario aislarnos al amparo del silencio los próximos tres meses o estar en la soledad más absoluta, pero podemos “recogernos” un poquito, decir no a los planes que no nos apetezcan y pasar el día en casa, tal vez hacer un poco de detox digital, escribir reflexiones, leer, pintar, hacer yoga… dedicarnos tiempo a nutrirnos, llenar la mente de cosas que den energía, que recarguen las pilas y sean calor para el alma. Como dijo Edith Sitwell: "El invierno es el momento de la comodidad, de la buena comida y la calidez, del toque de una mano amistosa y de una charla junto al fuego: es el momento de volver a casa". Lo ideal es que cada una cree su propia vuelta a casa, lo que para ella sea casa.
Podemos aprovechar este tiempo para dejar volar nuestra creatividad abstracta. Según un estudio publicado en Acta Psychologica, la temperatura influye en nuestra creatividad. Se descubrió que las personas a las que se les daba una taza caliente de té o que estaban en una habitación con una temperatura más bien alta, eran mejores en dibujo creativo y pensando ideas de regalos para otras personas. Estar en este ambiente cálido les ayudaba a sentirse más generosas con los demás y psicológicamente conectadas con otros. Mientras que las personas que estaban pasando frío eran mejores identificando metáforas, pensando nombres nuevos y planificando regalos abstractos. Así que dedujeron que el frío puede estimular la creatividad más abstracta, puesto que las personas tienden a sentirse alejadas de los demás.
¿Tú lo sientes así? ¿Cómo vas a volver a casa? Me encantaría leerte en comentarios o en mis rrss.