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Yoga en primavera


Cuando pienso en primavera pienso en almendros en flor y en campos verdes pintados de flores amarillas y moradas. Si hay algo que caracteriza la primavera es, sin duda, el despertar de la naturaleza. Es un tiempo de renacer y renovarnos, es la transición del yin en invierno al yang del verano. Así poco a poco en nuestra práctica de yoga también pasaremos de prácticas más yin con carácter introspectivo, poco a poco, a prácticas más yang de aperturas y torsiones revitalizadoras.





El yoga nos ayuda a canalizar esta nueva energía que sentimos siguiendo el ritmo natural de las estaciones. En esta época son ideales las torsiones, ya que tienen mayor impacto visceral, y también aquellas asanas que generen calor y vitalidad y que requieran mayor desgaste de energía que en invierno.

Aquí os dejo cinco ejemplos de asanas de este tipo:


ARDHA MATSYENDRASANA


Comienza sentada con las piernas estiradas, dobla la pierna derecha (por ejemplo) y apoya el pie en el exterior de la pierna izquierda. Con el tronco erguido comienza a girar hacia la derecha desde el abdomen. La mano derecha apoya en el suelo por detrás de tí, mientras que el brazo izquierdo abraza la rodilla derecha.





SETUBANDASANA


Tumbada sobre la esterilla dobla las rodillas y deja los pies en el suelo, separados al ancho de las caderas. Los brazos están apoyados en el suelo a lo largo del cuerpo. Eleva la pelvis y la espalda lentamente. Comienza tumbado sobre la esterilla, dobla las piernas y apoya las plantas de los pies en el suelo separadas al ancho de tus caderas. Si puedes, entrelaza las manos, lleva el esternón hacia la barbilla y con la parte de atrás de la cabeza presionas el suelo.




PURVOTANASANA

En posición sentada con las piernas estiradas llevas las manos detrás de ti con los dedos apuntando hacia los pies. Alarga las piernas y elevas la cadera estirando el torso y dejando los pies y las manos apoyadas en el suelo. Para ayudar en el estiramiento es buena opción que la barbilla apunte hacia el esternón.








TORSIÓN EN ALERTA


Comienzas con los pies separados lo que necesites, la pierna de adelante está doblada y la de atrás estirada y con el talón elevado. Incorpora el torso, lleva las palmas de las manos unidas frente al pecho, alarga la columna y poco a poco te inclinas girando el tronco hacia la pierna doblada. Si puedes, lleva el codo contrario al exterior de la pierna doblada.






VRIKSASANA


De pie, con las piernas separadas al ancho de las caderas, eleva una pierna y pon el pie en el interior del muslo de la otra pierna. Si te sientes inestable o no llegas, puedes bajar el pie a la altura de la pantorilla o incluso en el tobillo y dejar los deditos del pie apoyados en el suelo.

Eleva los brazos por encima de la cabeza o junta las palmas de las manos frente al pecho.








Esto no significa que en primavera no debamos hacer prácticas calmadas o que en todas nuestras secuencias tengan que estar las posturas anteriores, sino que al igual que en la naturaleza, esta estación nos invita a despertar del letargo invernal y esto puede verse reflejado en nuestro yoga.





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